miércoles, 21 de mayo de 2014

Compañeros/as, compartimos el documento emitido por la comisión de crisis del CC5, la cual integramos, respecto al Plan Verde (Junta Comunal 9)



Comisión de Crisis
Consejo Consultivo
Comuna 5

Mayo 16, 2014
Informe de la Comisión de Crisis respecto del Plan Verde (Junta Comunal 9)
En la reunión realizada el pasado miércoles 16 de abril, se debatió sobre uno de los temas agendados, a saber, la evaluación del material recibido como propuesta de la Junta Comunal 9, denominado “Plan Verde”, que fuera presentado en el mes de marzo, a la Legislatura porteña.
Con respecto a dicho plan, la Comisión de Crisis de la Comuna 5 lo ha puesto en consideración en su agenda temática, con el fin de tomar aquellos aspectos que pueden hacer sinergia con las problemáticas que afectan especialmente a nuestra Comuna. En este sentido, se realizan los siguientes comentarios.
Como ya manifestamos,  celebramos que una Junta Comunal se haya puesto de acuerdo para impulsar un proyecto que pone en cabeza de las comunas su puesta en marcha y gestión. Este aspecto, la presentación de proyectos que visibilizan a los órganos de gobierno comunal, es una cuestión que destacamos positivamente.
Con respecto a la metodología de construcción de este plan, es necesario destacar que no ha contado, a nuestro juicio, con un proceso lo suficientemente consultivo que permitiera decir que se trata del resultado de un proceso de discusión entre distintas organizaciones, diferentes comunas y un mayor número de expertos , a la luz de que entre ellos, según hemos constatado, hay opiniones divergentes. Señalamos esta dificultad puesto que sabemos que no existe legislación que pueda tener posibilidades de ser considerada, si no cuenta con el consenso social. Desde otro sentido, la posibilidad de abrir la discusión, no solamente técnica, sino social, sobre qué proyectos necesitamos en nuestros barrios y qué características debieran tener, es en nuestra opinión, el único camino posible hacia la construcción de poder popular y la única vía que realmente legitimaría cualquier propuesta que se diga surgida de la consulta vecinal y de las organizaciones. Este es el único camino que reconocemos como válido para hacer crecer el poder de las Comunas.
Ligado íntimamente con esta observación, es que por lo mismo, al aparecer en un contexto de grave crisis energética, los proyectos que este plan propone resultan por lo menos, inadecuados desde el punto de vista de la oportunidad, en momentos donde los vecinos de Almagro y Boedo demandaban soluciones urgentes que permitieran paliar la grave combinación entre altas temperaturas y falta de suministro eléctrico.
Independientemente del punto de vista técnico, el proyecto de “terrazas verdes” no se ajusta a lo que es la prioridad fundamental de los barrios que componen nuestra comuna. Acerca de ello, más que una opinión técnica, se trata de decir que para nuestros barrios, el principal problema no es solamente la carencia de espacios verdes, sino, la carencia de espacios verdes públicos. En este sentido, concentrar esfuerzos, recursos y tiempos en un proyecto como el de terrazas verdes, sería relegar a segunda prioridad la problemática que aqueja muy especialmente a nuestros barrios. En este sentido, más que una opinión técnica, esta sería una decisión política y estratégica de trabajar por lograr recuperar los últimos terrenos públicos que hoy podrían descomprimir la ausencia dramática de espacios verdes, y que se encuentran en el linde de la Comuna 5, siendo actualmente ocupados por emprendimientos comerciales privados. La lucha por la recuperación de esas tierras para usufructo de toda la comunidad debiera ser en nuestra opinión, el objetivo principal de cualquier proyecto sobre espacios verdes en nuestra Comuna.
Con respecto al proyecto de arbolado, esta Comisión reconoce como antecedente fundamental el trabajo que viene realizando desde hace tiempo el Area de Educación y Cultura de la Comuna, en torno a la elaboración de un diagnóstico de planteras vacías y árboles preparados para extracción, que tiene el acompañamiento de toda la Junta Comunal de la Comuna 5. Este proyecto, que por el momento avanzó en el diagnóstico para el barrio de Almagro, está iniciando una nueva etapa en la que esta Comisión de Crisis se suma a trabajar en conjunto, para la realización de un diagnóstico de planteras vacías, ausencia de planteras y extracciones necesarias, del barrio de Boedo. En este sentido, independientemente del proyecto presentado por la Junta Comunal 9, estaremos trabajando en un sentido similar, a partir de la actividad que ya se ha iniciado en nuestra propia comuna.
Desde el punto de vista técnico, la Comisión de Crisis ha enviado una copia a referentes en las temáticas que involucran cada uno de los tres proyectos que componen este plan, para poder realizar una evaluación apropiada. Hasta el momento hemos recibido la devolución de dos referentes temáticos, Hugo Palamidessi y Gustavo Laohud. Las mismas, acompañan con mayor fundamento técnico las opiniones vertidas desde esta Comisión, a la vez que advierten sobre otros aspectos de relevancia, desde el punto de vista de la contribución real de estos proyectos a solucionar el complejo problema de la crisis energética. Sus opiniones se adjuntan al final de este informe.
Con respecto al proyecto de bombas solares, nos remitimos a las opiniones de los referentes temáticos antes mencionados, ya que expresan con profundidad y exhaustividad, la posición de  esta Comisión.
Por las razones expuestas en este informe, entendemos que los proyectos contenidos en el mencionado Plan, no representan desde el punto de vista político ni técnico, los ejes sobre los que es necesario discutir con miras a solucionar integralmente la crisis energética que se traduce en severos problemas en la provisión de suministro eléctrico en nuestros barrios.
Invitamos a las Comunas  que estén acompañando los proyectos que componen el denominado  “Plan Verde” a expresar sus opiniones y a convocar la opinión de expertos que entiendan sobre estos aspectos especificos.
BREVES COMENTARIOS SOBRE EL PLAN VERDE DE INICIATIVA COMUNAL DE LA JUNTA COMUNAL No. 9

Por: Hugo A. Palamidessi (UP – Comuna 6)


SOBRE EL PLAN EN GENERAL
Es de destacar la iniciativa de la Junta Comunal de promover medidas para ampliar los espacios verdes y ahorrar energía, aunque antes de presentarlo en la Legislatura se debió discutir con más ciudadanos y otras Juntas Comunales, y podría dejar mayor libertad de opinión y -en algunas propuestas- más posibilidades de acción a los ciudadanos, y no detallar tanto el texto de la resolución.
Creemos que las soluciones propuestas que se hacen, tanto sobre la extensión de los espacios verdes como la de asegurar la provisión de electricidad para el bombeo de agua, no deben alentar la iniciativa privada en remplazo de la responsabilidad del Estado de proveer condiciones ambientales adecuadas a la vida urbana y servicios públicos esenciales, como la electricidad y el agua.

SOBRE LOS DISTINTOS PROYECTOS DE LEY
Entendemos que el plan de ampliación de las superficies verdes -tanto con la forestación en parques, plazas y calles como con las terrazas verdes- podría formar parte de un proyecto más abarcativo, privilegiando la recuperación de áreas disponibles para crear nuevos parques.  Esto se pone más de relieve cuando se acaba de aprobar en la Legislatura la instalación de bares en los parques públicos. Hay ya varios movimientos y proyectos en ese sentido (Corredor Verde del Oeste y otros) que deben armonizarse y potenciarse entre sí.

INSTALACION DE “BOMBAS SOLARES”
Analizamos en particular el proyecto de instalar generadores fotovoltaicos para la operación de bombeo de agua en edificios altos.                  
La propuesta se proyecta hacia distintas finalidades: 
1) primero se realza la necesidad de recurrir a fuentes de energía renovables y de reducido impacto ambiental, para combatir los efectos del cambio climático.
2) se señala la necesidad de asegurar la provisión de agua a los edificios.

Estimamos que la solución propuesta contribuiría muy marginalmente a reducir el consumo energético y el impacto ambiental que originan los edificios en torre, por sus características constructivas y de implantación.
En efecto las altas torres que se construyen actualmente no tienen buena aislación térmica (p.ej. por los materiales y espesores de muros, y las ventanas sin persianas). Esto requiere mayor consumo de electricidad por acondicionamiento de aire, como también los ascensores, la iluminación de espacios comunes y el bombeo de agua. Además en los terrenos circundantes a las torres, la mayor parte del área destinada a accesos y estacionamiento de vehículos está cubierta por cemento, lo que no contribuye a la absorción del agua de lluvia.
Para contribuir al uso racional de la energía en la vivienda, se debería reformar los códigos de la construcción para incluir el “etiquetado” de los nuevos edificios, es decir, imponer una evaluación previa a su construcción de las características de los mismos en función del consumo de energía previsto. Ese “etiquetado” se aplica hoy a diversos electrodomésticos como heladeras, acondicionadores de aire. Hay que recordar que las torres más altas cuentan con generadores diesel para suministrar electricidad para iluminación de emergencia, y funcionamiento de bombas de agua y ascensor en caso de corte del suministro de red.
Las células fotovoltaicas generan electricidad sin consumir combustibles contaminantes, pero no remplazan a la alimentación eléctrica de la red pública, y ante la falla de ésta no pueden asegurar la provisión de agua en todas las circunstancias (clima nublado persistente). Se aplican generalmente para la alimentación de cargas eléctricas reducidas y en lugares inaccesibles o económicamente desventajosos para la alimentación por red (p.ej. escuelas, teléfonos, señalización en zonas de montaña o apartadas de la red). Los conjuntos grandes de pantallas solares para generar electricidad se justifican en zonas de alta y persistente radiación solar. Las celdas fotovoltaicas requieren mantenimiento, y una vez agotadas hay que disponerlas adecuadamente porque contienen sustancias muy contaminantes.
Plan Verde. Comuna 9. Algunas consideraciones.
Por: Gustavo Lahoud (La Masa al Sur – Unidad Popular C5)
para Comisión de Crisis Comuna 5

En relación a los proyectos que integran el Plan Verde presentados como iniciativa comunal por la Comuna 9, estimo que constituyen una interesante propuesta inicial para poner en debate la problemática tanto de los espacios verdes, como del ahorro de energía y el progresivo uso de fuentes renovables.
A partir de ello, señalaría los siguientes aspectos:
1- Desde mi óptica, me pregunto si las ideas plasmadas en los tres proyectos presentados, tienen un hilo conductor que, necesariamente, debe ser puesto sobre la mesa si es que abonamos ideas que vayan en un sentido transformador claro en la ciudad. Es la cosmovisión que permite observar estos problemas desde la idea de sistema, lo cual nos lleva a reflexionar sobre la simultaneidad y la integralidad del enfoque, ya que, si hablamos de espacios verdes, también hablamos de un determinado ordenamiento territorial y aprovechamiento del espacio público, mientras que, si hablamos del objetivo de propender al uso racional de la energía y la incorporación de fuentes renovables, nos referimos, indudablemente, al sistema eléctrico en su conjunto, al grado de mantenimiento y a la confiabilidad del suministro. Con ello quiero decir que no pueden pensarse estas opciones de manera aislada y las propuestas presentadas pueden ser, en ese sentido, un estimulante puntapié inicial para poner en cuestión sistémicamente la organización del hábitat, el espacio público, el acceso a los servicios públicos básicos en la ciudad y el estado de la infraestructura general de la ciudad.

2- Seguidamente, concuerdo con el Ing. Palamidessi cuando se refiere a la imprescindible guía de lo público como eje conductor de estas propuestas, lo cual nos llevaría a examinarlas en un contexto más relevante, ya que su utilidad social y su viabilidad, deben ser evaluadas en función de una ciudad concebida como un sistema y con el objetivo puesto en la modificación de la actual estructura social y económica profundamente desigual y regresiva. Asimismo, deberíamos pensar ya en encarar un proceso de largo plazo, en el que comencemos a debatir las problemáticas del hábitat y uso del suelo, estructuras constructivas nuevas que fomenten el uso racional y ahorro de energía y la consolidación de espacios verdes crecientes en toda la ciudad, de modo tal de comenzar a quebrar el eje inequitativo norte-sur en el que la vida misma de la ciudad se sustenta.

3- Así, si pensamos el proyecto de instalación de bombas solares en las viviendas de propiedad horizontal y en los edificios de la administración pública a la luz de lo previamente señalado en términos sistémicos, estimo que debemos tener en cuenta estos aspectos centrales.
  1. En primer lugar, aún si la masiva instalación de estos equipos en buena parte de los edificios de la ciudad fuera posible en el mediano plazo, este proceso no podría desentenderse de la completa evaluación del funcionamiento, grado de mantenimiento e inversiones existentes en las redes troncales de distribución de electricidad, ya que, si un sistema eléctrico pensado con las complejidades que un gran conglomerado urbano requiere, no funciona adecuadamente o no ha sido reestructurado a los efectos de garantizar la sostenibilidad y la confiabilidad del servicio, este tipo de soluciones, sólo se transforman en paliativos pensados en términos individuales y cuya posibilidad de concreción, estará en directa relación con las condiciones constructivas de los inmuebles, amén de la correcta implementación de mecanismos crediticios y/o de fomento que posibiliten la instalación masiva de estos dispositivos. Ello es imprescindible, más aún si recordamos que venimos de una crisis de suministro muy grave, en la que ha quedado en claro que el estado mismo de la estructura de la red troncal- esto es, conversión de alta a media tensión, de media a baja tensión, alimentadores, cámaras, transformadores, cableado subterráneo- acumula obsolescencia y falta de inversiones y mantenimiento, lo cual nos pone, necesariamente, ante la imprescindible tarea de comenzar a modificar, de raíz, el estado de fragilidad operativa de todo el sistema. Piénsese que, en Europa, hace ya algunas décadas, el creciente interés en el desarrollo de fuentes renovables de generación, ha ido de la mano de la reestructuración de las redes de suministro, que se han convertido en redes inteligentes, más aptas para minimizar las pérdidas de energía, para garantizar niveles de tensión y suministro confiables y, en última instancia, para asegurar la EFICIENTE COMPLEMENTACIÓN con dispositivos basados en fuentes renovables, como paneles solares fotovoltaicos o bombas solares, utilizados tanto como complemento en la generación de energía eléctrica, como para provisión y calentamiento de agua potable.
  2. En segundo lugar, la posibilidad de instalar estos dispositivos, va de la mano de la evaluación adecuada de la funcionalidad y el estilo constructivo de las viviendas de inmuebles de propiedad horizontal, ya que, en ese sentido, hay un conjunto de aspectos que van desde una adecuada aislación térmica que permita aprovechar mejor la luz natural y ayudar al uso racional y ahorro de energía, pasando por las normas de etiquetado de las mismas construcciones, hasta los dispositivos electrónicos existentes, todo lo cual requiere de una integral visión y participación de planificadores urbanos, arquitectos, ambientalistas y expertos en materia de eficiencia energética.
  3. En tercer lugar, es imprescindible recordar que, actualmente, existe en la ciudad legislación que norma sobre adecuados estándares de aislamiento térmico que deben existir en los edificios, como así también un conjunto de normas a nivel nacional que comienzan a consolidar la tendencia seguida por los países desarrollados en pos de etiquetado integral de construcciones sustentables y dispositivos y artefactos eléctricos, lo cual, sin embargo, es todavía incompleto como sistema normativo. En este escenario, tenemos una ciudad que tiene legislación que no reglamenta y, por otro lado, no existe un consenso general y menos una voluntad política en favor de encarar políticas de largo plazo para el ahorro de energía y el uso más eficiente de la misma.
  4. Un cuarto punto a destacar, es que dispositivos como el que se propone en una de los proyectos del Plan Verde- el de las bombas solares- coadyuva al objetivo general de instalar estas problemáticas, pero, me temo que si no se aborda simultánea y sistémicamente todo el conjunto de problemas que están asociados a un sistema complejo como es el tejido urbano de la ciudad, podríamos estar habilitando, finalmente, soluciones de carácter más bien individual que, dadas las características de disfuncionalidad estructural de todo el sector eléctrico, se transformarían en soluciones de corto plazo, difíciles de masificar y altamente dependientes de estructuras edilicias más funcionales para su instalación.
  5. En quinto lugar, como decíamos antes, el desarrollo de las energías renovables requiere de acuerdos políticos interjurisdiccionales que deriven en políticas de fomento crediticio, en uniformización de normas de reemplazo masivo de artefactos más ineficientes en el consumo de electricidad, en cambios estructurales de las redes de modo de integrar los dispositivos basados en energías renovables existentes en las unidades habitacionales al conjunto de la red, de forma tal de socializar sus ventajas y manejar de manera más adecuada la problemática asociada a las dificultades en el manejo y disposición de baterías que, por sí mismo, no es un problema si se establecen estándares de fabricación, tiempo útil de disposición y reciclado final de las mismas en condiciones adecuadas. Es importante tener en cuenta, en tal sentido, que, en función de la experiencia existente en países como Alemania, Dinamarca, Francia, Estados Unidos, Australia, por citar sólo algunos casos, la corriente de energía fotovoltaica podría desarrollarse fácilmente en zonas urbanas sin necesidad de baterías, mediante su socialización a través de la red, lo cual minimizaría la problemática asociada a la acumulación de baterías que, de esa manera, sería menor en términos de impacto. Pero, ello sólo es posible desde un criterio que persiga la optimización en el uso de energías renovables que, por su intermitencia y variabilidad, deben estar complementadas a otras fuentes de energía, como la térmica, la hidráulica, el gas, el biogás, entre las fundamentales. Téngase en cuenta, también, que las condiciones de disponibilidad de recursos como el viento y el sol en grandes conglomerados urbanos no son los mismos que los existentes en grandes espacios rurales abiertos, o en zonas naturalmente aptas por la intensidad de la radiación solar o por la intensidad y concentración de los vientos, lo cual marca, de por sí, barreras diferentes para el desarrollo esperable de estas energías complementarias.

4- En relación al proyecto de terrazas verdes, me pregunto cuánto más relevante sería pensar en un rediseño del espacio público, en una incorporación planificada de espacios verdes en función de las distintas necesidades de las comunas- que, valga decirlo, tienen en casi todos los casos, insuficiencia crítica de arbolado y espacios verdes-, en un proceso de paulatina desmercantilización del suelo, que nos saque de la disyuntiva de hierro profundamente desigual en la que vivimos, con un norte y centro de la ciudad presa del boom inmobiliario y un sur sumido en las carencias y en la falta adecuada de acceso a servicios públicos básicos, y en una recuperación persistente del trazado urbano, de modo tal de frenar el proceso de isla de calor que va de la mano de la impermeabilización de los suelos, situación crítica que se observa cuando la ciudad sufre fuertes lluvias que terminan, inexorablemente, en inundaciones y drama social. Junto a ello, me pregunto si no debemos encarar, finalmente, y como prioridad número uno, un debate profundo y serio sobre una modificación integral del sistema de emergencia vigente en nuestra ciudad, que ha sido dramáticamente superado ante las contingencias de las inundaciones y la reciente crisis eléctrica. Creo que si no encaramos integralmente estas problemáticas, las terrazas verdes serán algo así como una solución de carácter individual, cuando lo que buscamos, desde nuestro accionar, son soluciones colectivas, democratizadoras y tendencialmente igualitarias.

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